1986 y Bon Jovi: El año en que Slippery When Wet cambió para siempre el rumbo del pop-rock

En 1986, el rock no volvió a ser el mismo. Mientras MTV dictaba tendencias y el glam dominaba las listas, un grupo de Nueva Jersey lanzó un disco que lo tenía todo: actitud, hits radiales y melena voluminosa. Slippery When Wet de Bon Jovi no solo reventó las bocinas, también redefinió lo que el pop-rock significaba para toda una generación.

El álbum que rugía en la radio… y en cada habitación adolescente

Con éxitos como Livin’ on a Prayer, You Give Love a Bad Name y Wanted Dead or Alive, Bon Jovi se convirtió en sinónimo de poder vocal, riffs pegajosos y coros que te sabías aunque no quisieras. El álbum vendió más de 28 millones de copias en todo el mundo y escaló directo al #1 del Billboard 200, marcando un antes y un después para la banda… y para el rock de estadio.

Glam, spandex y guitarras: el combo que funcionó

Bon Jovi logró lo que pocas bandas: mezclar la energía del hard rock con ganchos pop sin perder credibilidad. Su estilo hablaba tanto a chicos rebeldes como a adolescentes que solo querían cantar a todo pulmón frente al espejo. Y en una década donde la imagen era tan poderosa como la música, Jon Bon Jovi se convirtió en el ícono ochentero por excelencia.

MTV, el escenario más grande del mundo

El video de Livin’ on a Prayer fue más que un clip: fue una revolución estética. La banda sudando en un escenario giratorio, con tomas en blanco y negro que se volvían a color justo cuando arrancaba el coro… ¡pura magia ochentera! Gracias a MTV, Bon Jovi no solo se escuchaba, se veía, se vivía y se imitaba.

Un legado que sigue siendo himno

Casi 40 años después, Slippery When Wet sigue siendo un referente del pop-rock. Su influencia se escucha en bandas modernas, en playlists retro, y claro, en cada fiesta donde alguien grita: “It’s my life!”. Bon Jovi le dio a los 80’s una banda sonora que no ha envejecido, y nos recordó que a veces, solo necesitas una buena canción para sentirte invencible.