Martika: La estrella pop de los 80 que todos recuerdan por “Toy Soldiers” (y que merecía mucho más)

Si creciste en los 80 (o si simplemente tienes buen gusto musical), seguro te partió el alma escuchar “Toy Soldiers”, ese himno melancólico con voz angelical y un coro que todavía duele. Martika no era solo una cara bonita ni una voz más del montón: era una artista con sensibilidad, presencia escénica y una visión creativa adelantada a su tiempo. Pero como muchas figuras brillantes de la época, su momento en el centro del escenario fue tan fugaz como inolvidable.

1. Toy Soldiers: la canción que fue mucho más que un one-hit wonder

Lanzada en 1989, “Toy Soldiers” llegó al #1 del Billboard Hot 100 con una mezcla de vulnerabilidad y fuerza pocas veces vista en el pop adolescente. Escrita por la propia Martika sobre la lucha de un amigo con las drogas, fue un tema audaz y crudo, muy alejado del glamour superficial que dominaba el momento. ¿Quién más estaba escribiendo letras así a los 19? Exacto.

2. Más que una estrella juvenil: actriz, compositora y productora

Antes de los escenarios, Martika ya era conocida por su papel en la serie infantil “Kids Incorporated”, donde compartió pantalla con futuras leyendas como Fergie. Pero su talento desbordaba el set: coescribió gran parte de su álbum debut, y colaboró con Prince en su segundo disco (Martika’s Kitchen), algo que pocas pueden presumir. Spoiler: Prince no trabajaba con cualquiera.

3. El precio de ser auténtica en una industria que no siempre lo era

Martika no se adaptó a la fórmula pop que otras siguieron. Su música tenía una carga emocional, latina (es de ascendencia cubana), y artística que la alejaba de lo que los ejecutivos buscaban moldear. Su pausa voluntaria a inicios de los 90 y el rechazo a encasillarse en un estereotipo le costaron visibilidad, pero hoy esa misma autenticidad es lo que la convierte en una pionera incomprendida.

4. El legado silencioso de una artista que sigue inspirando

“Toy Soldiers” ha sido sampleada por Eminem (Like Toy Soldiers), versionada por decenas y aún hoy suena como un grito atemporal. Martika fue parte de esa generación de artistas que pusieron emoción real al pop, y aunque su discografía no es extensa, cada canción que grabó lleva su alma adentro. Su nombre puede no estar en todos los rankings, pero en el corazón de los verdaderos fans del pop, sigue siendo realeza.