Diddy enfrenta juicio por tráfico sexual

El juicio federal contra Sean “Diddy” Combs por tráfico sexual comenzó esta semana en Manhattan, y las acusaciones son tan graves como impactantes. El famoso productor musical enfrenta cargos por conspiración para delinquir, tráfico sexual y violación de leyes federales sobre prostitución. Si es declarado culpable de todos los cargos, podría pasar el resto de su vida en prisión.

La fiscal Emily A. Johnson abrió el caso presentando a Combs como el líder de una red delictiva que operó durante más de 20 años. Según la acusación, el rapero no actuó solo: habría contado con una “cúpula” de guardaespaldas y empleados cercanos que lo ayudaban a cometer abusos y encubrimientos.

El caso se centra especialmente en su relación con la cantante Cassie Ventura, con quien comenzó a salir cuando ella tenía solo 19 años. Se presentaron alegatos sobre agresiones físicas extremas, como una ocasión en 2009 donde presuntamente la golpeó en el rostro, y hasta un evento donde la obligó a sufrir una degradante humillación en una de sus llamadas “Freak-Offs”, fiestas de contenido sexual explícito. Cassie está lista para testificar en el juicio.

Otra víctima, identificada como “Mia”, era empleada de Combs y afirma que fue agredida sexualmente por él en varias ocasiones. El equipo fiscal también planea presentar como evidencia mensajes de texto, videos de vigilancia y grabaciones de las fiestas para respaldar sus acusaciones.

Por su parte, la defensa de Combs admitió la existencia de violencia doméstica en su relación con Ventura, pero negó que haya existido tráfico sexual. Su abogada, Teny Geragos, asegura que las relaciones eran consensuadas y acusa a las víctimas de haber sido participantes “voluntarias” en su estilo de vida.

Este juicio no solo pone en la mira al empresario musical, sino que también sacude los cimientos de la industria del entretenimiento, obligando a replantear cuánto poder pueden tener las figuras públicas antes de ser responsabilizadas por sus actos. El proceso apenas comienza y se espera que dure alrededor de dos meses, con testimonios clave que podrían cambiar el rumbo de la historia de Diddy para siempre.