1980: B-52’s y el Año en que “Rock Lobster” llevó el pop a otro planeta

En un mar de baladas románticas y riffs de arena rock, una banda con peinados imposibles, voces chillonas y letras surrealistas sacudió la radio. B-52’s llegó como un OVNI directo de Athens, Georgia, y con “Rock Lobster” lograron lo impensable: colar una locura new wave en las listas de éxitos. ¿La fórmula? Surf rock mutante, teclados extraterrestres y una vibra que no se parecía a nada… ni a nadie.

1. Rock Lobster: entre crustáceos y gritos playeros

Desde su intro delirante hasta esos gritos agudos que parecían sacados de una peli de serie B, “Rock Lobster” fue un torbellino sónico. La canción se convirtió en un himno underground y abrió la puerta para que lo raro, lo kitsch y lo queer tuviera cabida en la música pop. Era 1980 y ya se sentía el inicio de algo grande (y muy, muy raro).

2. B-52’s: extravagancia con cerebro

Fred Schneider, Cindy Wilson y Kate Pierson no solo vestían como si vinieran del futuro: creaban canciones inteligentes y bailables. Con estética retrofuturista, guiños al art pop y actitud punk, los B-52’s se convirtieron en una banda de culto que no seguía tendencias… las creaba.

3. Una influencia que se extendió como ondas en una alberca

Aunque “Rock Lobster” no fue un #1, su impacto fue total. John Lennon, por ejemplo, salió de su retiro musical tras escucharla. Y décadas después, su estilo absurdo y liberador inspiraría desde REM hasta los Flaming Lips. En otras palabras: sin B-52’s, el pop alternativo no sería lo mismo.

4. El inicio de una nueva ola (literalmente)

Con esta canción, 1980 se convirtió en un parteaguas. Era el fin del rock setentero grandilocuente y el inicio del new wave sin vergüenza, con colores neón, bailes ridículos y libertad total. Y Rock Lobster fue la sirena de alerta: ¡la fiesta era otra!