En un gesto inesperado pero cargado de nostalgia, Robbie Williams ha revelado una nueva blue plaque dedicada a Oasis, justo horas antes del histórico regreso del grupo británico a los escenarios. El tributo fue instalado simbólicamente en Berwick Street, en el corazón del Soho londinense, donde se tomó la icónica portada del álbum (What’s The Story) Morning Glory? de 1995.
Incluso recreó la portada del disco con su clásico chándal rojo de Glastonbury ‘95, evocando los días en que compartía fiestas y rivalidad con Oasis en pleno auge del britpop.
Este homenaje forma parte de la campaña de promoción de su próximo álbum, titulado justamente Britpop, donde el propio Williams aparece con el mismo atuendo noventero, reafirmando su conexión –conflictiva pero innegable– con esa época dorada del pop británico.
Aunque no asistirá a ningún concierto de Oasis, Robbie ha expresado admiración por el regreso: “Será algo increíble, especial a otro nivel. Un momento de sanación para el país”. También aprovechó para lanzar un dardo amistoso: “Liam es puro carisma… y Noel también estará por ahí”.
Cabe recordar que la relación entre Robbie y los Gallagher ha sido intensa y polémica. Desde apodos despectivos hasta retos a combates en los BRIT Awards, el cruce de declaraciones se volvió parte esencial del folclore del britpop. Sin embargo, hoy prevalece el respeto y la admiración mutua, como demuestra este gesto.
El regreso de Oasis se vive ya como un evento cultural. Mientras Cardiff se prepara para recibir su primer show en más de una década, tributos como el de Robbie Williams subrayan la dimensión icónica de la banda, cuyo legado continúa provocando emoción, recuerdos… y reconciliaciones.