Pasamos gran parte del día frente a pantallas, ya sea trabajando, estudiando o disfrutando de entretenimiento digital. Sin embargo, no siempre pensamos en el impacto que puede tener en nuestra salud visual. Elegir un buen monitor no solo mejora la experiencia frente a la computadora,
también ayuda a proteger tus ojos. Aquí te compartimos algunos consejos clave:

1 Protección contra luz azul
Los monitores con filtros de luz azul son una gran inversión. Esta
tecnología reduce la emisión de radiación que provoca cansancio ocular,
dolores de cabeza e incluso afecta el sueño. Usar un monitor con esta
función o activar el “modo lectura” en tu equipo puede marcar una gran
diferencia en tu día a día.
2 Resolución Full HD o superior
Un monitor con al menos resolución Full HD (1920×1080) garantiza
imágenes y textos más definidos. Entre mayor sea la resolución, menos
esfuerzo tendrán que hacer tus ojos para enfocar, especialmente si trabajas
con documentos largos o disfrutas de películas y videojuegos. Para quienes
pasan horas frente a la pantalla, un monitor 2K o 4K es aún más
recomendable.
3 Brillo y contraste automático
La fatiga visual suele aumentar cuando el monitor no se adapta a la luz del
entorno. Los equipos con ajuste automático de brillo y contraste ayudan a
reducir reflejos molestos, evitando que tus ojos trabajen de más. Si tu
monitor no cuenta con esta función, puedes configurarlo manualmente
dependiendo de la iluminación de tu espacio.
4 Ajuste en altura y ergonomía
Un monitor que se puede ajustar en altura y ángulo permite mantener una
postura correcta. Esto no solo cuida tu vista, también protege tu cuello y
espalda. Lo ideal es que la parte superior de la pantalla quede a la altura de
tus ojos.

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