Cuatro décadas después del estreno de Back to the Future, Lea Thompson —quien dio vida a Lorraine, la madre de Marty McFly— reflexiona sobre el impacto y la vigencia de una cinta que definió el cine de los 80. Para Thompson, la primera entrega sigue siendo insuperable, no solo por su historia, sino por su impecable construcción narrativa.
Durante una entrevista reciente, Thompson confesó que Back to the Future (1985) es su favorita de la trilogía. “Es un guion perfecto”, afirmó. Como directora, destaca la precisión y economía del guion escrito por Robert Zemeckis y Bob Gale. A diferencia de las secuelas, que fueron concebidas como una sola historia dividida en dos, la primera parte posee una estructura sólida e inolvidable.
Thompson también compartió un dato curioso: en aquel momento no existía ningún plan para continuar la historia. “No había contrato para secuelas, ni siquiera se pensaba en eso”, recordó. Esta espontaneidad, quizá, es parte de lo que volvió al filme tan especial y auténtico.
Dirigida por Zemeckis y producida por Steven Spielberg, la película se convirtió en un ícono cultural que ha trascendido generaciones. Lea Thompson se emociona al ver nuevas audiencias descubrirla por primera vez: “La mitad del público que viene a las funciones ni siquiera había nacido cuando se estrenó… eso es algo verdaderamente especial.”A 40 años de su estreno original, Back to the Future sigue siendo una joya del cine, no solo por su valor nostálgico, sino por la maestría con la que fue concebida. Su vigencia no es coincidencia: es un viaje en el tiempo que jamás pasa de moda.