En su sección habitual “You Know The Answer”, Paul McCartney compartió tres de sus álbumes favoritos que marcan momentos importantes de su vida. Los discos elegidos son Music from Big Pink de The Band, Pet Sounds de The Beach Boys y Harvest de Neil Young, tres clásicos que McCartney disfruta escuchar y que evocan recuerdos personales y profesionales.
El ex Beatle destacó que interpretar sus propias canciones también trae memorias especiales, especialmente de sus compañeros John Lennon y George Harrison en el estudio. Este recuerdo cobra más fuerza tras la reciente muerte de Brian Wilson, líder y genio creativo de The Beach Boys, a quien McCartney dedicó un emotivo tributo.
“Brian tenía ese misterioso sentido de genio musical que hacía sus canciones tan especiales”, dijo McCartney. “Las notas que él escuchaba en su cabeza y que compartía con nosotros eran simples y brillantes al mismo tiempo. Lo amaba y fue un privilegio haber estado cerca de su luz brillante por un tiempo”.
La conexión entre ambos músicos y el profundo respeto de McCartney por Wilson resonaron entre fans y artistas, quienes también han reconocido recientemente la influencia y legado del ex Beatle.
A 25 años de su lanzamiento original, Machina/The Machines of God de The Smashing Pumpkins recibirá por fin la edición que la banda siempre soñó. Este relanzamiento incluirá también su secuela Machina II/The Friends & Enemies Of Modern Music, todo compilado en un ambicioso box set de 80 canciones que estará disponible a partir del 22 de agosto.
La colección estará disponible de forma exclusiva a través de MadameZuzus.com, la tienda de té de Billy Corgan, y contará con 48 pistas remasterizadas del álbum original, además de 32 canciones extra entre demos, tomas descartadas y grabaciones en vivo. También se lanzarán nuevas versiones en vinil 2LP, CD y ediciones limitadas en color rojo y negro corona.
En palabras de Corgan, Machina representaba el “canto del cisne” de la banda a finales de los 90, y aunque en ese momento todo parecía roto, este relanzamiento es una celebración del poder de la música para mantener la fe. La reedición llega justo cuando The Smashing Pumpkins se preparan para su gira mundial 2025, y cuando Corgan alista su propio tour con The Machines of God.
El álbum original, lanzado en el año 2000, es considerado por muchos como uno de los trabajos más conceptuales y poderosos del grupo, enmarcado por la inestabilidad interna de la banda y un sonido que mezclaba el rock alternativo con un enfoque narrativo profundo.
Este nuevo lanzamiento no solo revitaliza una era clave del rock alternativo, sino que también cierra un ciclo creativo que había quedado inconcluso durante más de dos décadas.
En plena era del grunge y el rock alternativo, Bon Jovi se enfrentaba a un momento decisivo. Con su sexto álbum de estudio, These Days (lanzado el 27 de junio de 1995), la banda de Nueva Jersey optó por no seguir modas pasajeras y, en su lugar, apostó por una evolución sonora más introspectiva, madura y diversa.
Tras el éxito de Keep The Faith y la compilación Crossroads, Jon Bon Jovi y compañía se lanzaron a grabar más de 40 canciones, muchas de ellas con un tono más oscuro y reflexivo. Producido por Peter Collins, el álbum fue grabado en múltiples locaciones luego de que las sesiones iniciales se perdieran accidentalmente.
El resultado fue un disco que mezcló rock melódico con elementos de soul, R&B y baladas pop, sin perder la esencia emocional del grupo. Canciones como “Hey God”, “Something For The Pain”, “This Ain’t A Love Song” y “Lie To Me” mostraron una nueva faceta lírica y musical de la banda, más honesta y vulnerable.
These Days alcanzó el #1 en varios países y fue nombrado el segundo mejor álbum de 1995 por la revista Q Magazine, sólo por detrás de What’s The Story (Morning Glory?) de Oasis. Aunque en EE.UU. llegó al puesto #9, marcó el inicio de una nueva era creativa para la banda, que años después consolidaría su reinvención con hits como “It’s My Life” y “Have a Nice Day”.
Este álbum no sólo sobrevivió al cambio de década, sino que demostró que Bon Jovi podía madurar sin perder su voz ni su lugar en el corazón de sus fans.
Aunque parezca una combinación poco común, The Killers y Mark Knopfler han tejido una historia musical que cruza generaciones y estilos. Su conexión más directa ocurrió en 2017, cuando el legendario guitarrista de Dire Straits colaboró en “Have All The Songs Been Written?”, tema final del álbum Wonderful Wonderful. Con su inconfundible estilo, Knopfler aportó una atmósfera melancólica que cerró el disco con elegancia.
Pero esta admiración venía de mucho antes. En 2007, Sawdust, el álbum de rarezas y lados B de The Killers, incluyó una versión de “Romeo & Juliet”, clásico de Dire Straits lanzado en 1980. Grabada en Abbey Road, esta interpretación no solo rindió homenaje a Knopfler, sino que reveló la profunda influencia del rock británico en la banda de Brandon Flowers.
En ese mismo disco, The Killers también versionaron “Ruby, Don’t Take Your Love To Town”, reafirmando su gusto por reinterpretar canciones con historia. Este amor por los clásicos británicos se ha mantenido constante en su carrera, desde su estilo visual hasta sus decisiones sonoras.
Durante su actuación sorpresa en Glastonbury 2017, donde estrenaron “The Man”, The Killers demostraron que siguen siendo herederos modernos del legado del rock, sin olvidar sus raíces e influencias que van desde Joy Division hasta Dire Straits.
La colaboración con Knopfler no fue solo un guiño: fue la consolidación de un vínculo sonoro que conecta a dos generaciones de artistas con una sensibilidad en común.
Más de 40 años después de su lanzamiento original, el icónico tema “Celebration” de Kool & The Gang recibe una explosiva actualización cortesía de DJ Crazy, uno de los nombres más importantes del movimiento Jersey Club. El remix, lanzado oficialmente hoy, mezcla la esencia disco de 1980 con vibras del rap de los 90 y beats del dance urbano de los 2020.
Kool & The Gang, conocidos por su legado en la era disco y funk, siguen demostrando su capacidad de adaptación. En 2023 celebraron su 60 aniversario con un nuevo álbum y ahora se suman a una ola de remixes que han mantenido su música viva en las pistas de baile de todo el mundo. Antes, artistas como Kylie Minogue y Dragon ya habían hecho sus propias versiones de “Celebration”, pero ahora es el turno de una generación más joven.
DJ Crazy, figura clave del sonido club en Filadelfia y Nueva Jersey, ha sido un impulsor del crossover entre el rap y la música electrónica. Con beats virales como “Shake Dhat”, ha llevado el sonido Jersey Club a nuevos horizontes, influenciando desde K-pop hasta el mainstream americano.
Este remix no solo revive un himno de celebración universal, sino que también conecta generaciones, estilos y culturas a través del ritmo. Es una prueba más de que la música bailable nunca pasa de moda… solo se transforma.
Los años 80 no solo nos regalaron música inolvidable, looks brillantes y videos llenos de neón. También fueron la década en la que varios artistas desafiaron estereotipos, incomodaron a los conservadores y le dieron voz, imagen y poder a una generación que comenzaba a gritar con fuerza: ¡aquí estamos! Estas estrellas no solo brillaron por su talento, sino por abrir caminos a la diversidad, desde los escenarios hasta la cultura pop.
Boy George: el andrógino que confundía y encantaba
Con maquillaje exagerado, sombreros enormes y una actitud cero disculpas, Boy George hizo historia como el líder de Culture Club. Su presencia en MTV fue tan revolucionaria como sus declaraciones: “No tengo que explicarte mi sexualidad para que escuches mi música”. Su imagen ambigua y poderosa fue un guiño directo a quienes no encajaban en las normas de género de la época.
Freddie Mercury: un genio sin etiquetas
Aunque fue reservado en su vida personal, Freddie Mercury vivió y cantó con una intensidad que desbordaba los límites. Su presencia escénica, su voz prodigiosa y sus trajes teatrales lo convirtieron en un símbolo de libertad para miles de jóvenes queer que lo veían como un reflejo posible de grandeza. Hoy sigue siendo un referente eterno, no solo en la música, sino en la lucha por vivir auténticamente.
George Michael: el ídolo pop que salió del clóset con fuerza
Durante los 80, George Michael era el crush universal. Pero en los 90, cuando salió del clóset tras ser forzado por un escándalo, se convirtió en algo más grande: un ícono de orgullo, dignidad y visibilidad. Desde entonces, usó su voz —literal y metafóricamente— para hablar de amor, respeto y libertad. Su historia es de valentía y reivindicación.
Annie Lennox: androginia y poder femenino sin miedo
Annie Lennox, con su cabello corto, trajes masculinos y poderosa presencia, rompió con todas las imágenes convencionales de “cómo debía verse una mujer en el pop”. La líder de Eurythmics representó a una generación que no quería etiquetas y que encontró en su estética y en su música un refugio, una inspiración y un manifiesto.
Grace Jones: el futuro era ella
Cantante, modelo, actriz, musa… Grace Jones era todo eso y más. Su estética andrógina, su actitud desafiante y su mezcla de géneros musicales y culturales la volvieron un ícono queer universal. No solo rompía moldes: los pulverizaba. Sin ella, el pop como lo conocemos hoy sería mucho menos atrevido, mucho menos libre.
Estos íconos no solo fueron estrellas: fueron revolucionarios. Con sus looks, su música y su manera de estar en el mundo, hicieron espacio para que muchas personas se atrevieran a ser quienes realmente son. Y aunque los 80 quedaron atrás, su influencia sigue más viva que nunca.
Entre luces neón, beats electrónicos y peinados imposibles, los años 80 escondían algo más que moda extravagante y sintetizadores futuristas: ofrecían un espacio seguro para muchas personas que no encontraban su lugar en el mundo. El synth pop no solo era un estilo musical, era una declaración de libertad, identidad y pertenencia.
Un sonido que no pedía permiso
El synth pop llegó con todo: teclados brillantes, melodías pegajosas y una estética que abrazaba lo diferente. Bandas como Pet Shop Boys, Depeche Mode, Erasure y Soft Cell hablaban —a veces con metáforas, a veces sin filtro— de emociones intensas, amores secretos y vidas vividas en la sombra. Para quienes se sentían fuera de la norma, estas canciones eran himnos personales.
La androginia como bandera
El synth pop rompió con las reglas de “cómo debía verse” un artista. Hombres maquillados, mujeres poderosas, looks ambiguos y expresiones que desafiaban los estereotipos llenaban los escenarios y los videoclips. Más que moda, era una forma de decir: puedes ser quien quieras ser, y sonar increíble mientras lo haces.
Letras que lo decían todo sin decirlo
Aunque muchas letras eran sutiles, quienes estaban en sintonía sabían exactamente de qué se trataban. Canciones como “Smalltown Boy” de Bronski Beat o “A Little Respect” de Erasure hablaban de anhelos, miedo al rechazo, deseo y orgullo —todo envuelto en beats bailables que hacían más llevadero el día a día.
La pista de baile como refugio
Los clubes se convirtieron en templos. Mientras el mundo allá afuera juzgaba, adentro todo era ritmo, libertad y comunidad. El synth pop fue la banda sonora de una época donde bailar también era una forma de resistencia, y donde cada canción representaba un acto de autoafirmación.
Un legado que sigue sonando
Hoy, muchas de esas canciones siguen vigentes no solo por su sonido, sino por lo que significaron. El synth pop de los 80 fue mucho más que una moda: fue un refugio emocional, un símbolo de identidad y un recordatorio de que siempre hay un lugar para quien se atreve a ser diferente.
Ozzy Osbourne ha compartido uno de sus grandes sueños musicales: hacer un dueto con Paul McCartney. El legendario vocalista de Black Sabbath habló al respecto en su podcast Ozzy Speaks, donde confesó que estaría “honrado” de trabajar junto a uno de sus ídolos.
Durante la charla con su coanfitrión Billy Morrison, Osbourne no dudó al responder que McCartney sería su colaboración soñada. Aunque el ex Beatle ha sido citado como una gran influencia en la historia de Black Sabbath, la posibilidad de un encuentro musical entre ambos nunca se ha concretado. Años atrás, Ozzy incluso le propuso tocar el bajo en un tema de Sabbath, pero McCartney declinó al considerar que no podía mejorar la línea de bajo original.
A pesar de esa negativa, Ozzy sigue admirando profundamente al músico británico, asegurando que “sería un honor” grabar algo juntos, aunque admite con humildad que se sentiría intimidado.
En paralelo, Black Sabbath se prepara para su último concierto, titulado Back to the Beginning, que se celebrará el 5 de julio en Birmingham. Será la primera vez en dos décadas que la formación original —Osbourne, Iommi, Butler y Ward— se reúna en un escenario. Aunque Ozzy no podrá presentarse a plenitud por razones de salud, aseguró estar entrenando con dedicación para dar lo mejor de sí en este adiós simbólico.
Aunque el tiempo y la salud han limitado a Osbourne, su pasión por la música sigue intacta. El deseo de colaborar con McCartney y el regreso a los escenarios con Black Sabbath demuestran que las leyendas nunca dejan de soñar ni de luchar por su arte.
Sabrina Carpenter ha vuelto a causar revuelo en redes sociales al publicar una portada alternativa para su próximo álbum Man’s Best Friend, tras las críticas recibidas por la imagen original. La cantante, que lanzará su séptimo disco el 29 de agosto, acompaña esta versión con un comentario irónico: “Aprobada por Dios”.
La portada original mostraba a Carpenter arrodillada mientras una figura anónima le tiraba del cabello, lo que generó acusaciones de sexismo y de perpetuar estereotipos que “reducen a las mujeres a mascotas”. Aunque muchos fans la defendieron por su estilo provocador, otros señalaron que la imagen cruzaba ciertos límites simbólicos.
Lejos de retractarse, Sabrina ha mantenido una postura firme. “No me importa en absoluto”, afirmó recientemente, reafirmando su derecho a expresar su sexualidad y creatividad como desee. Esta no es la primera vez que la artista recibe críticas por su propuesta visual. Durante su actuación en los BRITs, fue señalada por una coreografía sugerente, y en otras ocasiones ha sido cuestionada por el contenido de sus letras.
i signed some copies of Man’s Best Friend for you guys
Frente a los señalamientos, Carpenter ha sido tajante: “Si no puedes con una mujer segura de su sexualidad, no vengas a mis shows”. Esta declaración refuerza el mensaje de empoderamiento que ha marcado su carrera más reciente.
Con el sencillo Manchild posicionándose como uno de los favoritos del verano, y su nuevo álbum a punto de ver la luz, todo indica que Sabrina está lista para dominar la conversación musical —con polémica o sin ella.
La artista ha demostrado que no teme a la controversia cuando se trata de defender su visión artística. Sabrina Carpenter no solo lanza música, lanza mensajes claros sobre autonomía, poder femenino y libertad creativa.
Rod Stewart no solo será una de las leyendas en el escenario principal de Glastonbury 2025, también dejará huella —literalmente— fuera de él. El icónico cantante británico ha co-diseñado un excéntrico inodoro gigante con estampado de leopardo en forma de boom box, como parte de una colaboración con la organización WaterAid.
Ubicado junto al escenario donde Stewart ofrecerá su presentación en el tradicional “tea-time slot” del domingo, el Boombox Bog reproducirá éxitos del artista como ‘Sailing’ y ‘Da Ya Think I’m Sexy?’, además de mensajes grabados por él mismo, con temática relacionada al agua y el saneamiento.
Stewart habló con entusiasmo sobre el proyecto: “Nada llega a una nota tan alta como el agua limpia y un baño decente. Puede que no sean sexys, pero sí son transformadores”. Su intención, asegura, es visibilizar la falta de acceso a servicios básicos que aún afecta a millones de personas en el mundo.
Esta colaboración llega en el marco de un Glastonbury particularmente emotivo, ya que 2025 será la última edición antes de un año de descanso en 2026. Stewart, que encabezó el festival en 2022, regresa este año acompañado de invitados especiales, entre ellos Ronnie Wood, en lo que se espera sea una mini-reunión de The Faces.
El cantante también reveló que insistió en extender su tiempo en el escenario: “Solo me dieron una hora y cuarto. Les supliqué otros 15 minutos porque normalmente toco dos horas”, comentó entre risas.
Con humor, conciencia social y mucha personalidad, Rod Stewart demuestra que incluso un inodoro puede ser una herramienta para el cambio. Y sí, también puede tener ritmo.