Cómo Pat Benatar y Neil Giraldo salvaron “Love Is a Battlefield” de ser rechazada

Una de las canciones más emblemáticas de los 80 casi no llega a ver la luz. El dúo Pat Benatar–Neil Giraldo enfrentó una firme oposición del sello discográfico antes de que “Love Is a Battlefield” conquistara al mundo.

En 1983, Chrysalis Records presionó para incluir nuevas canciones en el álbum Live From Earth. Así nació “Love Is a Battlefield”, escrita por Holly Knight y Mike Chapman. Sin embargo, la versión que Benatar y Giraldo propusieron, con un estilo innovador y el uso del entonces moderno Linn Drum, no fue del agrado de los ejecutivos del sello.

Neil Giraldo, convencido de su visión artística, se negó a modificar el arreglo. El sello pedía eliminar elementos como la percusión electrónica, los susurros y hasta el silbido. Pero Giraldo persistió, convencido de que la canción merecía ser lanzada tal como fue concebida. Finalmente, tras mucha insistencia, la disquera accedió a publicarla.

El resultado: un éxito rotundo. “Love Is a Battlefield” escaló hasta el número 5 en las listas de popularidad y se convirtió en el décimo sencillo de Benatar en entrar al Top 40. Para Giraldo, el riesgo valió la pena. Inspirado por la creatividad de artistas como Prince, quería ofrecer algo distinto que desafiara tanto a la audiencia como a su propio proceso musical.

Hoy, con 15 sencillos en el Top 40 y más de 35 millones de discos vendidos, Benatar y Giraldo continúan activos. Han sido inducidos al Salón de la Fama del Rock & Roll y siguen escribiendo música nueva, además de involucrarse en proyectos alternos como libros infantiles, un álbum navideño y colaboraciones con nuevas generaciones de músicos.

La historia detrás de “Love Is a Battlefield” demuestra que la perseverancia creativa puede abrir caminos inolvidables. Lo que para algunos era “demasiado arriesgado”, se convirtió en un himno eterno de los años 80. A veces, la intuición artística supera cualquier imposición comercial.