La leyenda del heavy metal, Ozzy Osbourne, falleció el pasado 22 de julio en su hogar en Buckinghamshire, Inglaterra, a los 76 años de edad. Su certificado de defunción confirma que la causa oficial fue un infarto agudo al miocardio, con enfermedad coronaria y Parkinson como factores contribuyentes.
El músico, reconocido mundialmente por su papel como vocalista de Black Sabbath y por una prolífica carrera en solitario, murió tan solo 17 días después de su última presentación en el emotivo concierto Back to the Beginning, realizado en Birmingham. Aquella noche marcó el cierre simbólico de una trayectoria que definió el rumbo del rock pesado durante décadas.
Tras el incidente médico, una ambulancia aérea acudió a su domicilio para brindarle atención crítica durante más de dos horas. Posteriormente, la familia confirmó que Ozzy partió rodeado de sus seres queridos y “envuelto en amor”, según un comunicado difundido por medios internacionales.
El fallecimiento provocó una ola de homenajes por parte de músicos y seguidores de todo el mundo. Diversas bandas han rendido tributo en vivo interpretando clásicos de Ozzy Osbourne y Black Sabbath, resaltando la huella imborrable que dejó en generaciones enteras.
Miles de admiradores se congregaron en las calles de Birmingham durante el cortejo fúnebre, mientras que su familia celebró un funeral privado al día siguiente en su residencia. Su legado artístico y personal continúa vivo en la memoria de millones.