En una era dominada por grandes estéreos, radios de transistores y caseteras de doble bocina, nadie imaginaba que la experiencia musical estaba a punto de cambiar radicalmente. Ese cambio llegó el 1 de julio de 1979, cuando la empresa japonesa Sony lanzó al mercado un pequeño dispositivo que transformaría la forma en que las personas escuchaban música: el Walkman.
El nacimiento de una idea revolucionaria
La historia comienza con Masaru Ibuka, cofundador de Sony, quien deseaba poder escuchar música clásica durante sus viajes en avión sin tener que cargar con un grabador portátil pesado. Fue entonces que Norio Ohga y Akio Morita, también ejecutivos de Sony, impulsaron la idea de adaptar una grabadora portátil existente, eliminando la función de grabación y optimizándola solo para la reproducción de casetes. Así nació el TPS-L2, el primer modelo de Walkman.
Aunque en sus primeras reuniones muchos dudaban que un reproductor de música sin bocinas ni grabación tuviera futuro, Morita apostó por el concepto de “música personal” y cambió la percepción del entretenimiento móvil.
Más que un gadget: un fenómeno cultural
El Walkman no solo fue un éxito de ventas desde el inicio —vendió más de 50,000 unidades en sus primeros dos meses en Japón—, sino que introdujo una nueva forma de consumir música: individual, portátil y privada. Por primera vez, los audífonos se convirtieron en parte del día a día, permitiendo a las personas llevar su música a todas partes: al parque, al metro, al trabajo o simplemente al caminar.
Durante los años 80 y principios de los 90, el Walkman se convirtió en un ícono de la juventud y la cultura pop. Su nombre se volvió sinónimo de reproductor portátil, al punto que muchas personas llamaban “walkman” a cualquier dispositivo similar, sin importar la marca.
Evolución y legado
El Walkman pasó por múltiples transformaciones: modelos con radio, diseños resistentes al agua, versiones con reproductor de CD (Discman), y eventualmente, modelos digitales con memoria interna o tarjetas. Sin embargo, con la llegada del MP3 y luego los smartphones, su popularidad comenzó a declinar.
Aun así, su legado permanece. El Walkman sentó las bases de toda la tecnología musical portátil, desde los iPods hasta los servicios de streaming actuales. Cambió la relación de las personas con la música: la hizo íntima, portátil y constante.
Un ícono que no muere
Hoy, Sony aún conserva la marca Walkman que representa una revolución cultural, un antes y un después en la manera en que escuchamos música. Fue mucho más que un gadget: fue un símbolo de libertad, independencia y conexión personal con el sonido.
El Walkman no solo cambió la industria musical, sino que le dio a cada oyente la banda sonora de su vida, en su propio bolsillo.