Como un arcoíris que explota en mil pedazos: Ulysse Nardin Blast [Sparkling Rainbow]

icen por ahí que “lo imposible solo tarda un poquito más” y este bien podría ser un dicho de Ulysee Nardin que sigue empujando los límites derrochando luz y brillo.

Pocas empresas personifican los valores de la alta relojería como Ulysse Nardin. Desde su fundación hace casi 180 años han creado relojes de bolsillo y cronómetros marítimos, siempre con un enfoque en la excelencia técnica aunado a una forma poco convencional de hacer relojería. Estas dos cualidades fundamentales le valieron ser galardonados con más de 4,000 premios en relojería. Desde su fundación hasta que las riendas de la empresa fueron tomadas por el hijo de Nardin, Paul-David Nardin en 1975, la maison se hizo con 4,324 certificados, 2,411 premios especiales y 18 medallas de oro en exposiciones internacionales.

Tras cinco generaciones a cargo la familia Nardin y en plena crisis del cuarzo, la empresa fue adquirida por Rolf Schnyder, un visionario con una mente igual de emprendedora que sus predecesores. Junto con el maestro relojero Ludwig Oechslin, ambos han empujado los límites, desafiado todas las convenciones de la relojería y manteniéndose enfocados en su misión de fabricar piezas excepcionales. Uno de sus grandes logros ha sido la introducción del silicio en los componentes de sus piezas, mejorando su rendimiento, haciéndolos más precisos y durables, sin desatender la belleza estética y el encanto visual de sus creaciones.

La energía de una detonación

Gracias a su condición de manufactura integrada e independiente, han tenido la libertad creativa y técnica para derribar las barreras entre lo posible y lo imposible. Prueba de ello es la colección Blast que, lanzada hace apenas cinco años, es toda vanguardia. Combina un diseño moderno y audaz con los materiales más innovadores. En su centro una “X” con un rectángulo superpuesto, refuerzan la rotunda convicción de la maison de integrar disrupción y continuidad. Tras varios años sin revisitar este modelo, Ulysse Nardin ha lanzado finalmente una nueva versión, la más colorida y deslumbrante hasta ahora: Blast [Sparkling Rainbow].

La pieza es un radiante arcoiris, desde la caja de 45mm, el bisel, la carátula y la corona, todo está cubierto por gemas colocadas con la técnica mystery setting cuidadosamente ejecutada por los maestros artesanos de Nardin. La pieza reúne 211 zafiros de distintos tamaños y cortes, seleccionados y colocados estratégicamente para que la transición entre tonalidades sea casi imperceptible, así como el oro blanco que los sostiene, por lo que parecen estar flotando, lo que también facilita el paso de la luz y lo hace aún más brillante.

Precisión radiante

Esta explosión de luz y color está animada por un movimiento no menos deslumbrante: un calibre esqueletado de Manufactura UN-172 de cuerda automática que cuenta con un tourbillon volante, un microrrotor de platino y el famoso espiral de silicio. Cuenta con una reserva de marcha de 72 horas. Todo el mecanismo es visible a través del cristal de zafiro que lo resguarda y lo hace hermético hasta 50 metros.

Su blanquísima correa de caucho asegura el protagonismo de la pieza sin perder su propio brillo, gracias a su cierre desplegable de oro blanco engastado con 14 zafiros. Y, como los arcoíris no se ven todos los días, esta es una edición muy limitada, hay solo ocho piezas disponibles para aquellos que no temen a la vanguardia, el color y el estilo inconfundible de Ulysee Nardin.