Honrando la ciudad luz y un invento excepcional, Montblanc presenta una nueva versión del reloj que lanzara hace 18 años con el nombre del padre del cronógrafo de tinta.
Cae una gota de tinta en el papel y el tiempo queda escrito. Esta frase bien podría resumir el espíritu de Montblanc cuya historia es una mezcla de personalidades, relatos y manufacturas de las que han surgido plumas estilográficas, artículos de piel y, por supuesto, relojes. Todo con un propósito: crear objetos con un alma que se mezcla con la de aquellos que tienen la fortuna de poseerlos.
La historia de la pieza que hoy nos ocupa comienza nada menos que con el nacimiento del cronógrafo de tinta, un invento original de Nicolas Rieussec quien en septiembre de 1821 se encontraba en las carreras de caballos en Champ-de-Mars, en Arrondissement de la Seine, en París, no para disfrutar de la competencia, sino para probar una de sus últimas creaciones. Un dispositivo que registraba el tiempo exacto en el que los caballos cruzaban la línea de meta dejando caer una gota de tinta mediante una plumilla fija accionada por dos contadores giratorios independientes.
El éxito de su invención lo llevó a presentarlo ante la Academia de Ciencias de París en donde quedó inscrito oficialmente como el primer cronógrafo de tinta. Así fue que el nombre de Nicolas Rieussec se plasmó en la historia de la alta relojería en la que ya ocupaba un honroso lugar como el sexto relojero real del rey de Francia.

Rindiendo tributo
El espíritu siempre innovador de Montblanc impulsó la creación, casi dos siglos después, de un reloj de pulsera que integraba de forma impecable el invento de Rieussec. Como parte de la icónica colección Star Legacy, que surgió para honrar la cuna de la herencia relojera de la firma, la manufactura Minerva, el Star Legacy Nicolas Rieussec Chronograph se ha producido en distintos colores, materiales y acabados. Todos, sin embargo, conservan las características distintivas del primer modelo lanzado en 2007.
El invento de Rieussec es tan emblemático para la firma que una vez más celebra su genio con el lanzamiento de una nueva versión. Con una caja en acero inoxidable de 43 mm que resguarda la característica carátula de los Nicolas Rieussec Chronograph, con sus dos contadores giratorios y su índice único ubicado entre ambos, y que ahora presume un distintivo color verde, tan elegante como los de los modelos anteriores.

Un guiño parisino
En la carátula, se aprecia el clásico diseño Clous de Paris, en homenaje a la ciudad en donde nació y trabajó Rieussec. Los detalles vanguardistas los confieren el marcador día y noche, situado a las 9 hrs, y las agujas Dauphine, recubiertas con Super-LumiNova. También destaca la aguja esqueletizada que indica la segunda zona horaria. La fecha se aprecia en una ventanilla ubicada a las 6 hrs apenas por encima de la leyenda “Académie des Sciences de Paris” grabada en el remate.
El vínculo con París se manifiesta también en la correa. Marco Tomasetta, director artístico de Montblanc, es el artífice de esta correa verde de piel de becerro cuyo forro muestra un mapa de la ciudad luz en 1821 y está inspirada en las plumillas puntiagudas, características de los estilógrafos de la maison.

Con movimiento propio
El Star Legacy Nicolas Rieussec Chronograph está animado por un calibre automático MB R200, el primero de fabricación propia: un mecanismo de cuerda automática con cronógrafo monopulsador y doble huso horario que otorga una reserva de marcha de 72 horas.

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