Hasta siempre al Príncipe de las Tinieblas 

Sin palabras. Así nos dejó Ozzy Osbourne después de su concierto de despedida Back To The Beginning hace apenas 17 días. Mermado de salud, se esforzó al máximo por regresar al lugar al que más le gustaba estar: sobre el escenario. Así, nos sorprendió cerrando el festival interpretando 4 canciones como solista, y posteriormente, 4 canciones de los legendarios Black Sabbath. 

Ozzy Osbourne fue muchas cosas antes de ser Ozzy. Fue plomero y albañil. Trabajó en un rastro y hasta ladrón. Estos trabajos, en especial el de estar en el matadero influyeron profundamente en su visión del mundo, temáticas oscuras que exploró posteriormente en Black Sabbath. 

Ozzy también fue actor, destacando su participación como el reverendo Aaron Gilstrom, una película de culto donde Ozzy interpreta con ironía a un evangelista que profesa por televisión. Incluso participó en la película Trolls World Tour dando su voz al Troll del rock. 

Y qué decir de su participación en los Osbournes a principios de siglo, revolucionando el mundo televisivo de los reality shows. 

Pero lo más importante es que Ozzy Osbourne fue un terco, necio y testarudo. Nunca permitió que le dictaran reglas. 

Ya en 1991, cuando nos entregó uno de sus mejores álbums como solista, No More Tears, nos entregó una frase que fue su marca de batalla: No quiero cambiar el mundo, pero no quiero que el mundo quiera cambiarme. 

Junto con Tony Iommi, Geezer Butler y Bill Ward creó una banda que marcaría el rumbo de la música: Black Sabbath, dando vida a todo un género, el Heavy Metal. Con sus primeros 8 álbums escribieron el libro de texto para todos los grupos que los siguieron. No existe una sola banda de Metal (y todos sus derivados) que no los reconozcan como una de sus influencias. 

Ozzy también fue un visionario de los festivales, creando el ahora mítico Ozzfest, un verdadero carnaval musical con el que recorrió desde Japón hasta Europa, el Reino Unido y Estados Unidos en el que lo mismo se encontraban artistas de gran renombre que bandas a las que les daba la bendición para impulsar su carrera. 

Tenía un gran don para descubrir guitarristas, sobretodo dos de ellos. El siempre querido y recordado Randy Rhoads. El jovencísimo Randy es considerando uno de los más virtuosos de todos los tiempos que en tan solo 5 discos plasmo su virtuosismo. El otro es Zakk Wylde, curiosamente, un gran fan del trabajo de Rhoads. Zakk no solo expandió el sonido de Ozzy con una afiladísima y poderosa guitarra, fue también el fiel escudero de Ozzy, guardián de su testamento musical.   

También fue un padre locuaz, un amoroso abuelo, un cómplice en la vida y en los negocios con su esposa Sharon Osbourne. 

El concierto Back to The Beginning era una necesidad de Ozzy para darle las gracias a sus fans por todos estos años. Sin embargo, fue al revés, fue una unión de músicos y fans para darle a Ozzy las gracias por todo lo que ha hecho por nosotros. 

Príncipe de las Tinieblas, descansa en paz, tu legado está más que asegurado. 

PABLO EMILIO ISLAS MARQUEZ

Julio de 2025