El significado de ‘Brand New Day’ de Sting: La canción del milenio

A finales de 1999, el mundo vivía bajo una nube de ansiedad. El inminente “efecto 2000” o “Y2K bug” generaba temores de un colapso tecnológico global, alimentando un ambiente de incertidumbre apocalíptica. En medio de ese nerviosismo colectivo, el músico británico Sting lanzó “Brand New Day”, un himno cargado de un optimismo radical que no solo desafiaba el pesimismo de la época, sino que se convertiría en la banda sonora de un nuevo comienzo.

La canción, que dio título a su sexto álbum de estudio, fue concebida como un antídoto contra el miedo. Sin embargo, su toque final de magia llegó de la mano de una leyenda inesperada: Stevie Wonder.

La Colaboración de un Ídolo

Sting compuso la canción con un ritmo de shuffle que, según él, le recordaba al estilo de Stevie Wonder. Con esa idea en mente, se atrevió a soñar. “Hice una llamada telefónica lleno de temor porque es uno de mis ídolos”, confesó Sting en su momento. La respuesta de Wonder fue inmediata: “Sí, iré a Nueva York y lo haré”.

Wonder grabó su icónica parte de armónica cromática, un elemento que, según Sting, “autenticó la canción”. La presencia del genio del soul fue tan impactante que Sting la describió en términos casi místicos: “Cuando él entra en una habitación, es como un ser superior. Es una entidad espiritual poderosa”.

Un Himno Contra la Ansiedad del Milenio

Aunque se asoció directamente con la llegada del año 2000, la canción fue escrita mucho antes. Sting la concibió deliberadamente como un contrapunto a la histeria colectiva. “Esto trata sobre un nuevo comienzo, un nuevo inicio”, recalcó el artista. “Coincide con esto del milenio, pero sabes, tenemos que poner los relojes a cero, y esa es una gran metáfora para decir ‘borrón y cuenta nueva, y empecemos de nuevo'”.

Con su letra esperanzadora y su melodía edificante, “Brand New Day” se convirtió en un éxito, entrando en el Top 20 del Reino Unido y sirviendo como la introducción perfecta al álbum del mismo nombre, que se convertiría en un hito en su carrera, vendiendo más de tres millones y medio de copias solo en Estados Unidos.

El Legado de un Nuevo Comienzo

El impacto de la canción fue reconocido con dos premios Grammy en el año 2000: Mejor Álbum de Pop Vocal para el disco y Mejor Interpretación Vocal Pop Masculina para la canción principal. Desde entonces, el tema se ha convertido en sinónimo de nuevos comienzos.

Sting interpretó “Brand New Day” en los estudios de la NBC en Nueva York justo cuando el reloj marcaba la medianoche en la víspera de Año Nuevo de 1999. Manteniendo la tradición, volvió a interpretar una nueva versión de la canción en Times Square para recibir el 2019. Su mensaje de esperanza sigue siendo tan relevante hoy como lo fue en el umbral de un nuevo milenio.

La historia de ‘Beast of Burden’ de The Rolling Stones

A finales de 1977, cuando The Rolling Stones entraron a los estudios Pathé Marconi de EMI en París, existía una preocupación real de que el álbum que estaban a punto de grabar pudiera ser el último. En febrero de ese año, el guitarrista Keith Richards había sido arrestado en Toronto por posesión de heroína, un delito que conllevaba una sentencia mínima de siete años de prisión. Con ese cargo pendiendo sobre su cabeza y con el punk rock dominando la escena musical, la banda llegó a Francia en un estado de nerviosismo y tenacidad.

“Fue bastante electrizante”, recordó el ingeniero de sonido Chris Kimsey. “Nadie estaba seguro de lo que iba a pasar con Keith… Así que fue un momento de mucha ansiedad”. En ese clima de incertidumbre, nació una de sus canciones más vulnerables y emblemáticas.

Grabación en Tiempos de Crisis

Con la intención de “ser más punk que los punks”, como señaló Richards, la banda optó por un enfoque de vuelta a lo básico. Decidieron grabar en una simple sala de ensayos en lugar de un estudio avanzado, a pesar del descontento del vocalista Mick Jagger. El resultado fue un sonido crudo e íntimo que encajaba perfectamente con el material.

Reflejando este espíritu, la banda no utilizó músicos externos, centrándose en la química de sus cinco miembros principales, con Ronnie Wood participando en su primera sesión de grabación completa. El sonido del álbum Some Girls es duro y agresivo, pero en su penúltima pista, “Beast of Burden”, ofrece un respiro, mostrando a un Jagger implorante y vulnerable.

El Nacimiento de la Canción: Dos Visiones Enfrentadas

La base de la canción comenzó con Keith Richards, quien compuso la estructura de acordes de estilo soul y le lanzó la frase titular a Jagger. “Todo lo que hice fue soltarle la frase ‘bestia de carga’ a Mick, le toqué la música y luego él se la llevó e hizo un trabajo hermoso con ella”, dijo Richards.

Mientras la banda perfeccionaba la música, ralentizándola hasta convertirla en un ritmo funk sensual, Jagger improvisaba la letra. El resultado fue una canción de súplica, pero el significado detrás de ella se convirtió en un punto de discordia entre sus dos creadores.

  • La versión de Mick Jagger: “Líricamente, no era algo particularmente personal. Es una canción de súplica soul, una canción de actitud”. Jagger afirma que la letra es un alegato a favor de una mujer fuerte e independiente, asegurando que él no desea que una mujer esté de rodillas por él.
  • La versión de Keith Richards: El guitarrista interpreta la canción como una disculpa subconsciente a Jagger por haber sido él mismo una “bestia de carga” durante su adicción, obligando a Mick a asumir más control de la banda. “Estaba tratando de decirle, ‘OK, estoy de vuelta, así que compartamos un poco más de este poder, compartamos el peso, hermano'”.

Jagger ha refutado firmemente esta teoría, calificándola entre risas como “basura inventada”.