Un viaje a los orígenes míticos de la Tierra Media

El Silmarillion, editado y publicado por Christopher Tolkien a partir de los escritos inconclusos de su padre, revela la cosmogonía y las leyendas más antiguas del universo tolkieniano. Más que una novela, es una epopeya literaria que une mitología, poesía y tragedia, y cuyo rescate editorial permitió consolidar la obra de J. R. R. Tolkien como una de las mitologías más completas del siglo XX.

El Silmarillion es, más que una novela tradicional, una vasta recopilación de mitos y leyendas que dan forma al universo creado por J. R. R. Tolkien. Sus páginas nos llevan desde la creación del mundo: Arda, hasta los sucesos que anteceden directamente a El Señor de los Anillos. Con una estructura que recuerda a los textos épicos y a las cosmogonías antiguas, la obra ofrece una narrativa solemne, poética y profundamente simbólica.

El libro se compone de varios relatos interconectados: el Ainulindalë, que describe la creación a través de la música de los Ainur; el Valaquenta, donde se perfila el papel de los Valar y los Maiar; la Quenta Silmarillion, núcleo central que relata la historia de los elfos, la forja de los Silmarils y la lucha contra Morgoth; el Akallabêth, dedicado a la caída de Númenor; y el epílogo De los Anillos de Poder y la Tercera Edad, que enlaza con los acontecimientos de la obra más conocida de Tolkien.

La publicación de El Silmarillion fue posible gracias al esfuerzo titánico de Christopher Tolkien, hijo y heredero literario del profesor. Tras la muerte de su padre en 1973, Christopher se enfrentó a miles de páginas dispersas, versiones inconclusas y borradores contradictorios. Su tarea no fue simplemente ordenar, sino también dar unidad y coherencia a un conjunto de relatos que Tolkien nunca había terminado de fijar en una forma definitiva.

Christopher Tolkien actuó como editor, intérprete y guardián de la visión de su padre. En colaboración con Guy Gavriel Kay, revisó los textos, eligió entre diferentes versiones y, en ocasiones, redactó pasajes de transición para que la narración fluyera. Su intención nunca fue imponer su voz, sino respetar y transmitir con fidelidad la obra de su padre, algo que logró con un rigor académico notable.

Gracias a este trabajo, El Silmarillion se convirtió en la piedra angular de la mitología tolkieniana, revelando la grandeza y profundidad del mundo que subyace a El Hobbit y El Señor de los Anillos.

Leer El Silmarillion supone adentrarse en un relato complejo, más cercano a una epopeya antigua que a una novela moderna. Su estilo puede parecer denso, pero recompensa al lector con una cosmovisión rica en símbolos, genealogías y gestas heroicas. La obra, además, no sería posible sin la dedicación de Christopher Tolkien, cuyo trabajo permitió que el legado de su padre alcanzara al público y se convirtiera en una de las mitologías literarias más completas del siglo XX.

MARIA SOLEDAD GUJOSA VIVANCO. 

AGOSTO DE 2025.